martes, 13 de enero de 2009

Medias verdades , grandes mentiras en el drama palestino

Publicado en Siglo XXI , el martes 13 de enero de 2009 . http://www.diariosigloxxi.com/

En las declaraciones en forma de artículo que Shlomo Ben – Ami , antiguo ministro de exteriores de Israel , publica en El País con el título de “La agonía de Gaza y la trampa de Israel” , omite de manera consciente tesis y argumentos claves para entender la situación palestina y la última crisis del interminable conflicto .

Cuando analiza las causa de este último estallido omite el punto clave y eje vertical del conflicto : “La ocupación” . Si , la ocupación con mayúsculas del territorio palestino por la Tsáhal , las fuerzas de defensa de Israel , que provoca la tensión permanente y está en el origen de todas las contiendas de la región . Ni una sola vez Ben – Ami nombra la palabra ocupación en su artículo .

Tiene razón en denunciar la falta de cauces políticos y que la acción militar se ha convertido en el único lenguaje de comunicación entre ambas partes . Pero olvida mencionar que la responsabilidad no es igual en todos , pues sólo los israelíes establecen quien es su interlocutor válido . En un proceso históricamente intermitente , según la situación política interna , han negociado con Yasir Arafat o lo han vetado , se han negado con Hamás pese a su victoria electoral , por considerarla una organización terrorista ; pero los palestinos no han podido nunca elegir un interlocutor , siempre han tenido , quieran o no , al gobierno israelí de turno a pesar de considerarlo responsable de terrorismo de estado .

Acusa al Movimiento de Resistencia Islámico “Hamás” de nulo interés programático en negociar una solución al conflicto , y de nuevo tiene razón , pero omite que ganó las elecciones en Palestina y nunca ha sido considerado como representante legítimo de los intereses palestinos . Machacaron al gobierno de Arafat y heredaron otro más intolerante , puesto que la frustración y la desesperanza generan radicalidad , donde no hay una respuesta política hay respuesta mística . En ese torturado territorio , jefes de gobierno de Israel como Menájem Beguin han sido considerados terroristas y luego aceptados en el juego democrático y el mismo proceso sufrieron Arafat y su OLP .

Acusa a Hamás de mantener vivas las llamas de un conflicto de baja intensidad , pero no razona las diferencias entre alta o baja intensidad o sea la proporcionalidad prudente de las acciones militares , y cuando habla de tragedia , evita comparar la persistencia del desastre en ambos pueblos cuando la inmensa mayoría de la catástrofe recae en una de las partes implicadas en la disputa .

Habla de la actitud arrogante de Hamás y de su buen armamento , obviando que en arrogancia Israel es número uno eludiendo una y otra vez las resoluciones aprobadas por la ONU para la retirada de los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días en 1967 , en espacial la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas . Y referirse al armamento de Hamás es un sarcasmo cuando se cuenta con uno de los ejércitos mejor dotados del mundo y el apoyo completo y sin fisuras de los EE.UU. .

Se atreve a manifestar “la contención exhibida hasta el momento por los israelíes” , cuando contención es un término desconocido en el país que patentó las guerras preventivas y que desde el inicio del conflicto ha actuado siempre desproporcionadamente , apoyado en sus ilimitados recursos militares que se materializan en la imagen de “piedras contra tanques” .

Condena a Hamás y defiende a Mahmud Abbas como antes condenaba , cercaba y bombardeaba a Arafat en Ramala que defendía sus mismos planteamientos políticos . El papel de opción razonable en una negociación la otorga en función de sus intereses estratégicos y las coyunturas internas .

Acusa a Hamás de radicalismo y fundamentalismo islámico , y de nuevo no le falta razón , máxime cuando la organización es considerada terrorista en la UE . Pero no recuerda en su frágil memoria las posiciones ultraderechistas de Netanyahu y su Likud , el fundamentalismo de los partidos religiosos judíos decisivos en la composición de los sucesivos gobiernos , el radicalismo de los colonos sionistas o las provocaciones de Ariel Sharon en la explanada de la Mezquita que dieron pie a la Segunda Intifada o de Al-Aqsa .
Habla de la utilización de la población civil como escudos humanos y no de la inmensa cárcel en la que han convertido a la franja de Gaza , donde se agolpan un millón y medio de palestinos en condiciones lamentables y sin posibilidad de escapatoria para la población civil .

Y termina lamentando el golpe mortal al proceso de paz y que los cementerios de Israel y Gaza vuelvan a llenarse de víctimas . De nuevo faltando a la justa equidad de la proporción entre el goteo en unos y la masiva afluencia en otros .
¿Alguien ha contado los niños palestinos muertos por las balas israelíes en las sucesivas intifadas? , ¿Acaso en occidente preocupan los niños palestinos y los sufrimientos , frustraciones y desesperanzas de todo un pueblo? . Y de los derechos humanos : las torturas fotografiadas , el tratamiento vejatorio a los árabes israelíes , el muro de separación que tanto recuerda al de Berlín aunque se hable menos de él , las matanzas de Sabra y Chatila en 1982 responsabilidad de de un Ariel Sharon que no fue declarado terrorista por la comunidad internacional y aceptado como interlocutor incluso por los mismos palestinos . Nada de todo esto justifica un atentado suicida o la muerte de civiles judíos inocentes en el Estado de Israel , pero conduce a un pueblo hacia una radicalización cada vez más extrema , puesto que piensan que si la vida no tiene valor es justo entregarla por su causa .
Entiendo que sea básicamente imposible para un contendiente tener una posición clara , justa y equidistante de las acciones y sus repercusiones , si fuera de otra manera el conflicto hubiera entrado hace mucho tiempo en fase de solución , pero las verdades a medias y las omisiones conscientes se conviertes en grandes mentiras .

Alfonso Goñi Comendador
Economista

5 comentarios:

Lady Flora dijo...

Don Alfonso:
Le escribo desde Argentina y me llama la atención la escandalosa y tendenciosa interpretación que ha hecho del artículo de Ben Ami. En efecto, usted ha realizado una lectura torcida del artículo ya que todo el catálogo de faltas cometidas por Israel que usted menciona y que sucedieron a lo largo de la historia, han sido analizadas, denunciadas y criticadas, públicamente por Ben Ami, en sus libros y numerosas conferencias y artículos; además de haber sido funcionario de distintos gobiernos israelíes y partícipe de soluciones concretas en las conferencias de paz. Por ello, sostengo que en su caso, solamente pueden darse dos hipótesis: 1)usted es una persona temeraria e irresponsable que, sin tomarse el serio trabajo de conocer el pensamiento en su totalidad de quien critica(claramente se demuestra que no ha leído ni un libro de los que ha escrito Ben Ami), opina y juzga de mentiroso en un medio tan extenso como es internet, a una de las personas que puede tener la llave para paliar este conflicto; o, 2) usted es una persona ganada por la ideología, y, por tanto, cerrada, intransigente e incapaz de dar una opinión medida, sopesada, sobre un conflicto tan complejo y donde hay numerosas vidas en juego.
Por el bien de tanta gente, le sugiero que relea el artículo y advierta que en él, el señor Ben Ami, se ocupa sin concesiones, de criticar a ambos lados; y, si toma en cuenta que Ben Ami escribió el artículo el día 30 de diciembre, basta un simple repaso de las noticias para advertir que todo lo que dijo en ese artículo, ha ido ocurriendo en las semanas siguientes.
En cualquiera de las dos hipótesis, le cabe la obligación moral de rectificar su opinión por la responsabilidad que le cabe hacia sus lectores. Porque si en este asunto hay un mentiroso, ya sea por ideológico o por ignorante, no es precisamente el señor Ben Ami.
Cordialmente,
Lady Flora

Alfonso Goñi dijo...

D.ª Lady Flora :
La interpretación de las palabras de Ben Ami surgen exclusivamente de la lectura de su artículo , en unas declaraciones se pueden mal interpretar las palabras , en negro sobre blanco no caben los errores , lo que está escrito es lo que quiso decir sin que yo ponga ni quite ni una coma al artículo . Si pensaba otra cosa , lástima que no lo hubiera reflejado en el escrito , era el momento oportuno para hacerlo .
De las acusaciones que me hace , ni entro ni salgo en sus comentarios , dado que no hay ni un argumento concreto que me rebata , ni un dato que me discuta , ni nada nuevo que aporte , sólo son apreciaciones subjetivas .
De lo único que me acuso , es de ponerme del lado de las víctimas , de los que sufren , de los civiles bombardeados y masacrados , de estar en contra del terror , de las guerras y de los que las justifican , pero eso si , sin visceralidad con argumentos .
Saludos cordiales,

Lady Flora dijo...

Don Alfonso:
Como decimos en Argentina, permítaseme el siguiente “retruque”, -contrarréplica-, porque el tema bien lo vale. Como intelectual, usted debe comprender la regla fundamental del diálogo, sea tanto oral como escrito: en la medida en que se hace glosa, comentario o interpretación de un texto o discurso, se reconoce unos límites a la discusión, y sólo se puede argumentar contra él en la medida en que se advierten problemas de coherencia interna; o bien, no es manifestación fidedigna o cierta de la realidad a la que alude.
Justamente la disputa no se refiere a palabras usadas por Ben Ami sino a las supuestas palabras que según usted Ben Ami debió usar y no usó. Su gran molestia con Ben Ami tendría base en la supuesta omisión en la que ha incurrido el criticado. Cuando se refiere a la posición de Ben Ami en el artículo (llega a tratarlo de gran mentiroso conciente) le hace la imputación directa del “olvido de las tesis y argumentos claves para entender el problema palestino”. En consecuencia, debo decirle que nunca podría aplicarse al caso en análisis la medida de “lo negro sobre blanco” como usted la propone porque lo que le critica a Ben Ami no es lo que dijo sino lo que no dijo en el artículo. Más aún: con una cierta cadencia en todo el texto de su artículo usted le da la razón a Ben Ami y paso siguiente, le dice “pero olvida…”. Con ello usted lo acusa de que no hace un relevamiento o recapitulación de todas las razones que existen para fundar tales conclusiones. Independientemente de la pertinencia de los argumentos de Ben Ami o de los suyos, usted sabrá, como economista que es, que existe un principio elemental de economía también en el discurso. Escribir un artículo no es lo mismo que escribir un tratado. Y usted le reprocha al autor de un artículo no haber escrito un tratado. Y esto lo hace escribiendo un artículo...La impugnación sería aceptable si usted escribiera o
hubiera escrito ese tratado y Ben Ami no. ¡Pero el caso es que Ben Ami sí escribió ese tratado, y usted no! En otras palabras: sus ataques quizá podrían tener sentido si Ben Ami
fuese un advenedizo que se hubiera apoyado en una fama ganada en otro campo para opinar sobre cualquier cosa (como hacen tantos, Gerentes de Mercados incluidos). Pero sucede que el autor en cuestión es una autoridad internacionalmente reconocida en el tema, con abundante experiencia práctica y amplísimo conocimiento teórico del mismo, que ha escrito un sinfín de textos sobre la cuestión, en la que los pobres argumentos que usted esgrime (pretendiendo enmendarle la plana a tan vasta obra con un pequeño artículo publicado en un pequeño periódico de provincias) merecen un tratamiento acorde con su relevancia, con suficiente fundamento teórico y desarrollo proporcionado. Allí, en caso de que verdaderamente le interesara el tema (sólo en ese caso), podría encontrar un panorama bastante más ajustado a realidad, extenso, claro e informado que las cuatro medias verdades (ésas sí) e ideas fundadas en tópicos y lugares comunes, tan apreciados por la izquierda retroprogresista europea. Mucho me temo que si quiere tener una opinión fundada tanto del problema en sí como del personaje al que tan ligeramente descalifica, Don Alfonso, deberá empezar por leer sus libros y artículos, que como bien sabrá, están publicados en España y son de fácil adquisición. Porque lo verdaderamente intolerable es que lo tache de mentiroso. Teniendo en cuenta lo arriba afirmado, el argumento se vuelve en su contra, al ignorar concientemente la obra completa de Ben Ami. Si mentir es decir lo contrario a lo que se piensa, también lo es pretender conocimiento de causa sin tenerlo de verdad...
En esto radica su falta, Don Alfonso: usted debe entender que no tiene derecho a pedirle a ningún autor, -que es una persona distinta de usted-, que tenga en cuenta aspectos ajenos a la visión que tiene a la hora de razonar un tema y escribir sobre él; y, menos aún, reprocharlo moralmente por no considerarlos a su medida; y, para peor de allí inferir que el autor está en la postura contraria a la que debiera estar. Fíjese la gravedad de los términos de su crítica, que Ben Ami no tiene chance de contestarle porque usted se ha escapado totalmente del marco del artículo. Yo le alabo la valentía (o la caradurez) de decir que “si pensaba otra cosa, lástima que no lo hubiera reflejado en el escrito, era el momento oportuno para hacerlo”. ¿Quién le ha dado el derecho de endilgarle a un autor responsabilidad por supuesta omisión de ideas? ¿De dónde se cree con la facultad de inferir conclusiones de lo no dicho por alguien? Y más en su caso, donde a las claras se advierte que usted no ha leído nada de nada de lo escrito por Ben Ami; sin embargo se erige en intérprete y censor de un pensamiento que no se ha tomado el trabajo de conocer. Por ello a esta altura no tengo dudas en que usted razona ideológicamente.
En cuanto a rebatirle ideas, le digo lo siguiente: Según usted el eje vertical del conflicto es “la ocupación con mayúsculas del territorio palestino por Israel, que provoca la tensión permanente y está en el origen de todas las contiendas de la región”. No queda claro a qué ocupación se refiere. Pareciera que usted le niega el derecho histórico a Israel a un estado en Palestina, por sus referencias a las mayúsculas y al origen de todas las contiendas de la región. Israel desde el proceso de paz se ha retirado de la franja de Gaza y de Cisjordania y levantó los asentamientos judíos de las zonas bajo control de la ANP; sólo resta la devolución del Golán pero eso es un problema que incumbe a Siria y está fuera del tema palestino, con lo cual estaría prácticamente en las fronteras del 67. Por eso no se entiende a qué ocupación se refiere usted, a menos que considere que Israel, repito, no tiene ningún derecho sobre la tierra de Palestina. Ben Ami reconoce, y por tanto desaconseja, que un ataque a Gaza sometería a Israel a acusaciones de crímenes de guerra por la muerte de civiles inocentes y que la “reocupación de Gaza significaría, por lo menos, tener que volver a asumir la responsabilidad exclusiva del millón y medio de palestinos que hoy viven bajo control de Hamas”.
El error central de su crítica es que, en lugar de pararse en el momento actual del conflicto, cosa que sí hace Ben Ami, quiere abarcar en un contra punto imposible, todos los aspectos, - elección de interlocutores, hechos (Sabra y Chatila, bombardeo a Ramalla , segunda Intifada), teorías estratégicas (guerras preventivas, conflictos de baja intensidad), políticas de seguridad (construcción del muro, proporcionalidad de la defensa), protagonistas (no es lo mismo hablar del Arafat que autorizó Septiembre Negro que el que firmó la paz con Rabin; ni el Sharon de la operación “Paz en Galilea”, Sabra y Chatila, que el que ordenó la descolonización), ideas políticas (Likud, partidos religiosos, fundamentalismo), sistemas de armas (piedras contra tanques)-, de un conflicto complejísimo que lleva cien años, cuatro guerras formales (48,56,67,73), dos Intifadas (82,06), interpretándolos negativamente respecto de Israel, (usted está en todo su derecho de hacerlo), pero en mi opinión, en forma desordenada y anacrónica; y el resultado de su forma de pensar se lo imputa como omisión conciente y por tanto, como gran mentira a Ben Ami, desconociendo el juicioso y ponderado estudio que realiza el autor de todos estos temas de le historia moderna de Israel en libros como ”Israel, entre la guerra y la paz”, “¿Cuál es el futuro de Israel?” o ”Heridas de guerra, cicatrices de paz”. En este sentido es que usted malinterpreta el artículo, porque lo que hace Ben Ami es decir ”que la falta de cauces políticos es lo que ha convertido este conflicto en tal tragedia humana” y esto es porque “Hamás e Israel se obstinan en negarse mutuamente, la comunidad internacional ha boicoteado a Hamás por su negativa a incorporarse al proceso de paz encabezado por el Cuarteto, y la Unión Europea ha seguido los pasos de la obcecada política de Estados Unidos de permitir que se desmorone el acuerdo de La Meca. Dicho acuerdo ofrecía la oportunidad, por endeble que fuera, de que un movimiento palestino unido pudiera alcanzar un acuerdo negociado con Israel.” Este es el argumento central del artículo y del pensamiento de Ben Ami respecto del conflicto en el momento de escribirlo. Párrafos siguientes realiza un análisis de la política de Hamas, de mantener un conflicto de baja intensidad con el fin de lograr una nueva tregua sólo a cambio de nuevas concesiones de Egipto e Israel pero advierte del alto riesgo que implica la suposición racional, por la mala experiencia israelí con Hezbolla en 2006, de Hamas de que Israel no atacaría masivamente la franja de Gaza (cosa que finalmente ocurrió). El error del 2006 es lo que le lleva a manifestar “la contención” de Israel en esta etapa del conflicto y no su desconocimiento u ocultamiento malicioso del concepto de guerra preventiva. Lo que hace Ben Ami, es un análisis político de la no reacción israelí a ese momento pero expresando sus dudas de que fuera a durar mucho tiempo más.
Por último, destaca que Hamas “es un movimiento fundamentalmente religioso que opina que el futuro pertenece al Islam y que se ve, en el futuro, envuelto en una lucha armada a largo plazo por la liberación de toda Palestina” de ahí su escaso interés en una solución al conflicto. En el final del análisis expresa sus dudas sobre qué significa un triunfo para Israel en una Guerra así donde Hamas seguiría existiendo, por ser un poderoso producto natural de Palestina, se haya asestado un golpe mortal a lo que quedaba del proceso de paz e Israel tendría que negociar otro alto el fuego con el mismo Hamás.
Finalmente, Don Alfonso, su falta de nobleza se vuelve a poner de manifiesto en el final de su contestación. Me trata de visceral, irracional y justificadora de guerras haciendo lo mismo que hizo con Ben Ami, sin siquiera tener la hombría de bien de decírmelo directamente, sino por oposición a usted y su valía. Advierta usted que no tiene el monopolio de la sensibilidad respecto de las víctimas y masacrados de la guerra. La verdad es que es una suerte y una esperanza para el Medio Oriente que su destino esté más ligado a un Ben Ami que a un Goñi Comendador:
“Debemos estar orgullosos de nuestra epopeya, pero es también nuestro deber cultivar una aspiración inquebrantable de paz, la necesidad imprescindible de un compromiso histórico, generoso con el pueblo palestino; sólo sobre esa base podrá Israel prosperar con seguridad y confianza….” “Tanto la justicia como el sentido político nos instan a satisfacer los derechos legítimos de todos los pueblos en este trágico y sangriento conflicto”. “…el reto para todos los pueblos de oriente medio es sintonizar con el espíritu de la distensión. Fuimos -judíos y árabes- la cuna de la civilización; si lo queremos, podemos desarmar a los demonios del extremismo y del odio y convertir nuestra castigada zona en tierra de promisión” (Shlomo Ben Ami, “Israel entre la guerra y la paz”, Ed. B Grupo Z, año 1999, pág. 310).

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